Vicenza, 6 de setiembre de 1969

Muy distinguida senora Olga Perrin, acabo de recibir con mucho gusto Su carta tan cordial y sincera. Las palabras que manifiestan claramente su afecto y simpatia hacia nuestra Pia Sociedad San Cayetano y sus Religiosos sobrepasan sin duda nuestros pobres merecimientos. Nuestro deseo es conocer y actuar el plan que Dios nos ha confiado en su Iglesia y en el mundo. Pero en nuestro trabajo apostòlico podemos faltar en generosidad. Tenemos todavìa buena voluntad, como también el deseo de servir al Señor y a los hermanos en todo el mundo. Nos estimùla mucho, de especial manera en Sáenz Peña, la colaboraciòn de generosas personas las cuales, come Ud. muy gentil señora y Su apreciado esposo, sostienen validamente el esfuerzo de nuestros Religiosos tan jovenes. Esta preciosa colaboraciòn nos empeña cada dìa màs en las obras apostòlicas que Dios nos confìa. Renuevo mis agradecimientos cordiales por la acogida tan fraterna reservada a mi persona y al padre Gerònimo y sobre todo por la asistencia afectuosa que Ud. lleva tan generosamente a nuestros hermanos. Prometo un especial recuerdo al Señor segùn las intenciones que Ud. me ha expresado y aprovecho la feliz ocasiòn para saludar a Ud. y a Su marido atente y cordialmente. Obligado

Sac. Ottorino Zanon